martes, 10 de noviembre de 2015

Curso de ENTRENAMIENTO EN TEATRO ESPONTÁNEO


CURSO DE ENTRENAMIENTO EN TEATRO ESPONTÁNEO


El teatro espontáneo es un teatro sin guión previo que se construye a partir de nuestras sensaciones e historias.


Un sábado al mes de 10 a 14 hs.

Próximo encuentro 14 de Noviembre

Coordina: Fernando Castelli

Informes e inscripción
equipaso@gmail.com
4962-4583




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Nuestros artículos en Homenaje a Tato Pavlovsky



Hemos participado de la edición especial de Campo Grupal, dedicada a    Eduardo -Tato- Pavlovsky.

Aqui les adjuntamos los artículos que hemos escrito Silvia Schverdfinger y Fernando Castelli. 

Para leerlos clickeen sobre el título.



Por Silvia Schverdfinger



Por Fernando Castelli

A Tato. Generosidad y Psicodrama

Por Carolina Goldman


Publicado en Campor Grupal, número homenaje a Eduardo Tato Pavlovsky, noviembre 2015


Allá por 1997, por esas cosas de la vida, alguien tuvo la brillante idea de sugerirme que Eduardo Tato Pavlovsky podía despertar mi fascinación y curiosidad.

Sabiamente me dijeron: “a vos, que el teatro y la psicología te apasionan tanto, tenés que conocerlo a Tato”

Cuando a mis 26 años, toqué el timbre en el barrio de Belgrano, en la calle Sucre, no tenía la más remota idea que estaba golpeando a la puerta de una de las etapas más ricas y emocionantes de mi vida.

A decir verdad, con un poco de vergüenza y una ignorancia casi naif, lo vi venir y abrir él mismo la puerta para hacerme pasar a su muy pequeño consultorio individual donde tuvimos mi primera e inolvidable entrevista. Lo miré, con su gran porte, impactante, alto, consistente, cálido, calmo en su decir, con ese aire tan seductor y paternal a la vez. Luego de un intercambio de palabras, y de conversar un poco sobre mis intereses y búsqueda, le pregunté con gran inocencia: “¿Se puede estudiar psicología y hacer teatro a la vez?”, ¡¡A él!!, a un pionero de las tablas y la psicoterapia, a un representante inconfundible, de que no sólo era posible sino que su historia de vida, su infinita producción teatral, psicodramática, terapéutica y su dramaturgia eran la respuesta más elocuente a mi pregunta. Estaba en el lugar correcto con la persona indicada. Felicidad plena.

Por esos tiempos, yo era estudiante de psicología y vivía en La Plata. Intentaba hacer seminarios de teatro cuando podía. Los números no me cerraban del todo y gracias a su generosidad y empatía, esa que sólo tienen los grandes maestros, pude desde el lunes siguiente, a las 9 de la mañana, comenzar a ser parte de un grupo terapéutico increíble, al que asistí todos los lunes, durante dos increíbles años, éramos todas mujeres. Me marcó, me conmovió, me habilitó a iniciar un camino, un pasaje de ida creativo e impensado, y eso sólo lo hace un grande, sencillo, atento, que promueve crecimiento, que multiplica intensidades. Me habilitó a ser…

Esas sesiones son un tesoro que guardo para siempre, el aprendizaje y las vivencias que capitalicé esos años. Devoluciones y experiencias que aún hoy producen múltiples efectos y afectos en mi diario vivir.

Tato se sentaba en la alfombra, y cuando quería levantarse era siempre con cierta molestia en una rodilla que mencionaba y se paraba para dar alguna consigna creativa con la que desplegábamos escenas y juegos dramáticos, de cuyas intervenciones y devoluciones se despertaban resonancias y “revelaciones”, que después de tantos años de terapia convencional, individual y sólo verbal, eran descubrimientos increíbles, intensos, nuevos ritmos, flujos y devenires que llenaban mi alma y corazón. Escenas desplegadas de las que tengo imágenes nítidas que mi memoria guarda celosa.

Luego se volvía a sentar y me hacía de costado como un guiño, un código, un ritual, con los dedos un gesto con el que me pedía le convidara un cigarrillo. Y yo sentía orgullo porque fumaba los míos… J

Su firme y cálido acompañamiento en tiempos donde yo buscaba un rumbo, una identidad, me llevaron por su impulso y recomendación a tomar clases de teatro con Norman Briski y a formarme en Psicodrama en el Centro que coordinaba de Psicodrama Psicoanalítico Grupal, a través del cual tuve la fortuna de cruzar gente de la calidad, ética como es la que recibí de Silvia Schverdfinger, de gran formación y creatividad, con quien superviso y trabajo desde la sede Bahía Blanca del Equipo Interdisciplinario Paso, institución que replica y multiplica el Psicodrama en Buenos Aires y Bahía Blanca, donde como directora de la sede bahiense intento abrir caminos, compartir lo aprendido y las enseñanzas que Tato nos legó.

El 27 de marzo de este año, dieciocho años después de nuestro primer encuentro, pude alegremente acompañarlo unas cuadras por mi ciudad y abrazarlo, compartir en el ámbito donde empecé y brindé talleres y espacios de Psicodrama durante catorce años, felizmente subimos del brazo por las escaleras de la Universidad Nacional del Sur donde recibió un merecido homenaje como doctor Honoris Causa. Las palabras que pudimos intercambiar no fueron sobre política ni muy solemnes ni académicas, sino sobre el amor y el paso del tiempo. ESE también era Tato.

Los duelos a veces son muy intensos. Parafraseando a Galeano, con su mar de fueguitos...imagino que los duelos se pueden clasificar así, por categorías, duelos silenciosos, duelos de hielo, duelos encapsulados, duelos que queman las entrañas, duelos que presionan la cabeza, otros que te vacían de lágrimas, otros que te liberan de peso y hasta (con culpa) pero te alivian...
Es que no digo algo nuevo si expreso que cuando alguien nos deja, cuando sufrimos una pérdida, algo de nosotros se va con ellos... la clase de duelo que hacemos está teñida por la calidad, intensidad y profundidad de las vivencias en relación a esa persona y ese vínculo. Es algo real lo vivido, pero es lo que tu mundo interno guardó, archivó, relacionó, atesoró y cuando ese otro se muere, el registro es de la misma magnitud de lo depositado en esa relación y sus circunstancias, en esa persona, pero sobre todo por todo lo recorrido en ese período con otros de ese tiempo y con vos mismo, con lo que hayas aprendido o experimentado y que se recuerda más intensamente en el duelo porque se actualiza en la pérdida. Por supuesto que es por ESE que se fue. Pero también es por uno mismo. ..
Y en el mejor de los casos, con viento a favor, gratitud y amorosidad, te reconectas con nuestro psicodramático y maravilloso aquí y ahora y volvés a tu diario vivir. Ya no serás el mismo, claro que no. Algo cambió. Alguien no está, pero el devenir, el potencial creativo y el encuentro con los demás afectos te lanzarán al ruedo y al juego nuevamente♡

Humilde, con ilusión y porque se lo debo, intentaré seguir con su legado, desde mi lugar.

Una vez me dijo: “Carolina, sos una rusa muy dramática, todo lo vivís como si fuera algo de vida o muerte, lo importante NO es el porvenir, sino el devenir…” Y tenía razón…

Resonando en los devenires y los pliegues de esta u otras vidas está y estará siempre.

GRACIAS POR TANTO
TATO QUERIDO, TAN GRANDE, ADMIRACIÓN Y AMOR INFINITO


Carolina Goldman

Directora Eipaso Bahía Blanca.








Si los desesperados somos muchos es más fácil

Por Fernando Castelli


Publicado en Campo Grupal, número especial en Homenaje a Eduardo Tato Pavlovsky, noviembre 2015


Empieza el grupo de psicodrama. Todos los jueves. Los muchachos de la comunidad terapéutica me están esperando. Esperan el espacio de psicodrama como una oportunidad para poder salir de esta versión que los tiene atrapados. Saben, lo han experimentado, que lo hecho hecho está, pero que pueden crear, descubrir versiones de ellos mismos. Puede hacer un desvío en su historia.

Y ahí viene Tato, en el instituto en la calle Soler. Estoy cursando el nivel 1 de Psicodrama. Una o dos veces por año nos juntábamos los tres niveles para tener una clase con Tato. En una de esas oportunidades explicó que en el psicodrama podemos hacer un desvío en nuestra historia. Nos pedía que hiciéramos una escultura con los compañeros que expresara un fragmento de nuestra historia, un fragmento que es como un bloque de intensidades. Hecha la escultura pidió soliloquios a los integrantes y al protagonista. Pidió doblajes al público y le pidió al protagonista que saliera para que un yo- auxiliar ocupará su lugar y viera su escultura desde fuera (Técnica del espejo). Que viera e hiciera esa modificación que sentía, que se dejara atravesar por la línea de fuga que en ese momento estaba deviniendo. Luego de las modificaciones y de la exploración de este desvío. Se abrían a las multiplicaciones de los que estábamos ahí. Cada uno multiplicando desvíos de desvíos. El desvío no era el desvío solo del protagonista de la escena, la escena ya era del grupo, el desvío era del grupo, la escena era el desvío.

Este concepto del desvío y sus multiplicidades de la dimensión grupal y agenciada de la escena fue una de las enseñanzas que hicieron raíz en mi hacer docente y profesional. Como una forma de mirar los grupos y el psicodrama. Como un modo de coordinar y una terapéutica.

En una de las clases con los alumnos en el EIPASO, nos decía que él no sabía, que no interpretaba, que como coordinador de grupo daba lugar a las intensidades, se dejaba atravesar por ellas y como coordinador deleuziano funcionaba como un eslabón corte/flujo de la máquina. Decidía desde sus atravesamientos, desde sus afectaciones. No hay que saber, hay que dejar pasar, no capturar las fuerzas.

Recorte y despliegue. Lo micro de la emoción, del gesto y de la escena. Esto configuraba en él una poética de la coordinación. En una oportunidad nos pidió una escena con dos personajes. Quería explorar el gesto mínimo. Y nos pone un ejemplo de su propia vida: Cuenta que cuando a su papá lo llevan detenido por cuestiones políticas él lo llama y el padre se da vuelta y lo mira. La mirada era la escena.

En otra oportunidad propone un juego dramático. Que nos pongamos de a dos y que imaginemos que nuestro compañero es un amigo, familiar, conocido que quiero mucho pero que por alguna razón en este momento odio.

Buscaba siempre ese detalle de la escena que estaba cargado de intensidades y que a veces era tapado por lo macropolitico de nuestras miradas. Buscaba la fisura, la rajadura, el entre los ladrillos por dónde asoma el rizoma.

La vida me ha ido cruzando con Tato. El psicodrama me ha ido cruzando con la vida.

Estoy muy agradecido a mis compañeros y docentes del Centro de Psicodrama Psicoanalitico grupal de la calle Soler, a esa primera charla introductoria de Tato a la que asistí.

A Silvia Schverdfinger por convocarme a participar del EIPASO del que formo parte hacer más de diez años y con quien siento una máquina de afectos y sabiduría que me ha acercado conceptual y vivencialmente a Tato y con quien lo seguimos y seguiremos multiplicando y honrando.



La escena ocurre en un velorio. Una de las residentes de la comunidad terapéutica dice que esta muy triste porque extraña a su abuela y que quisiera ir con ella (morirse) porque no puede más, no le encuentra sentido a su vida. Montamos la escena del velorio, de su abuela y del suyo propio. Todos pasan por ambos lugares con sus doblajes. La protagonista también. Todos resuenan, con sus muertes, sus ganas de morir, sus despedidas, sus frustraciones, sus desamparos. Son chicos y chicas adolescentes luchando por su vida todos los días.

Yo también estoy perdido. Como Tato no tengo respuestas, solo puedo abrirme a mis propias intensidades y dejar pasar, dejar que ocurra el deseo.

Y ahí viene Tato. Otro de los encuentros de los alumnos y docentes del EIPASO con Tato. Teatro IFT en la sala de abajo. Una alumna propone su escena. Tato la dirige. Era una escena de celos de ella hacia su novio por una mirada que tuvo hacia otra chica. El público numeroso observaba esa escena y si bien resonaban preferían “opinar, interpretar, sugerir, aconsejar”. Tato luego de escuchar un rato las sugerencias del público hacia la protagonista dice:

-No seria cuestión de interpretar sino de resonar. No es decirle al otro lo que tiene que hacer. Sino que cada uno resuene, se conecte con que lo conmueve, en que lo toca, viendo tu escena siento que o me pasa esto o recuerdo que-

y concluyó

“SI LOS DESESPERADOS SOMOS MUCHOS ES MÁS FACIL”.

Esta frase me acompaña permanentemente y la transmito en los cursos de psicodrama como concepto y práctica. Resonar nuestra desesperación con la desesperación del otro.

Tato entonces me desespera en la coordinación de esta escena de muerte y me encuentro coordinando un grupo de chicos y chicas abrazados, unidos y enfrentando a un montón de almohadones que son expresiones de la muerte. Me dejé atravesar, me dejé no saber, me desesperé y aquí estoy gritando con Tato y los pibes y pibas de la comunidad “SI LOS DESESPERADOS SOMOS MUCHOS ES MÁS FÁCIL”.

Fernando Castelli

Coordinador General del EIPASO







Notas de ayer y hoy entre Tato Pavlovsky y Silvia Schverdfinger

Por Silvia Schverdfinger

 Publicado en Campo Grupal, edición especial en Homenaje a Eduardo -Tato- Pavlovsky.
Noviembre 2015

Para escribir hoy y aquí me inspira un recuerdo de un diálogo con Tato Pavlovsky (allá por los noventa y pico):

Silvia: “Tato, me cuesta mucho escribir y estoy bloqueada , me gana mi ser superyoica y exigente”

Tato: “Silvia, sería bueno para todos que vos escribas no desde la Silvia Académica sino desde la Silvia intensiva, emotiva , la Silvia de los haceres , de las anécdotas que contienen notas bien conceptuosas siempre.

Tus escritos y fundamentos los veo siempre en lo que vos hacés y cómo lo hacés.”
¿Cuáles son los aportes de Tato en mi vida personal y profesional?

Su Psicodrama y la manera de pensar lo grupal ; mi encuentro con él en forma personal a partir de su regreso del exilio en España; el vínculo que construimos durante treinta y tres años ininterrumpidos de trabajos - muchos que compartimos y otros en los que me acompañó y apoyó - yo cambié mi modo de pensar la vida y de mí misma y de vincularme con los otros y también los modos de abordajes clínicos en mis quehaceres psicoterapéutico, pedagógico , grupal e institucional.

Creo en las múltiples miradas, en las distintas versiones posibles y en la multiplicidad de sentidos y significaciones que tiene la vida en sus vínculos , personas y sus entres.

Me parece un acierto que la persona aprenda a ejercitar el preguntarse “cómo me siento con esto y o con este, cómo me afecta a mí esto que me está ocurriendo con alguna situación y o con alguna persona?”

El Psicodrama aumenta el registro de las percepciones y de las sensaciones. Es una invitación a conectarse con las emociones y las vibraciones del cuerpo. Y da la gran oportunidad de ser y hacer espejo con los otros, de resonar y consonar con los demás, armando asi un caleidoscopio de uno mismo, el otro y la vida.

Tato dijo en un panel de una Jornada: “Recomiendo que nos preguntemos qué nos conmueve hoy en la vida y cuál es nuestra voz singular”

Otro recuerdo: (1982 en la entrevista de admisión a su grupo terapéutico)

Tato: "no me des datos de tu biografía, respondéme por qué y para qué queres hacer grupo y por qué conmigo?”

Otro recuerdo( 2003):

Tato: “Silvia , estás de novia ahora?”
Silvia: “eh, no, ni , … me gusta mucho alguien que es algo así como el anticandidato”

Tato: “ por cómo yo te veo con él, hay máquina creativa, alegre, potente, se los ve enamorados” , te hace un estar alegre. “

La importancia que fue vital en esa etapa para mí, de comprender el concepto del “entre” en los vínculos . Y también cuánto importan las intensidades por sobre las biografías.

Creo en la multiplicación dramática como dispositivo artístico y clínico sanador .

Tato Pavlovsky junto con Hernán Kesselman me han premiado con sus talleres y clases magistrales en las distintas instituciones por donde he transitado y alojado.

Especial aprecio guardo por ambos cuando me alentaron y apoyaron a gestar esos espacios de Extensión y Post-grado en la facultad de Psicología de la UBA entre el 87 y el 94.

Los recuerdo a ambos llegar al bar de al lado de la facultad a las 7,45 hs , compartir café con medialunas y marchar juntos para coordinar la clase de cuatro horas (de 8 a 12 hs) de los jueves en la sede de Hipolito de Yrigoyen, vestidos con la elegancia de sus trajes y nuestro orgullo que prestaba en ese entonces hacer Psicodrama en la Universidad.

Su legado de allí, la grandeza en la capacidad de entrega, en la generosidad de hacer cuerpo con los cuerpos de esos alumnos, de transmitir sus saberes y destrezas y de compartir sus fallas y falencias.

En lo personal, fui desbloqueando intensidades de matrices infantiles que me permitieron conectarme nuevamente con el juego , la imaginación y la creatividad. Logré disminuir mis zonas melancólicas y obsesivas para dar luz a mis despliegues más histéricos.

Me di-vierto mucho en la vida desde hace muchos años.


Otro recuerdo: (en los noventa y pico largos en referencia a la Institución que dirigía Tato en Soler y que allí yo era docente en los cursos de Psicodrama y coordinadora de area de Adolescencia )

Tato:” quiero que me escribas una carta donde coloques enumerando los puntos de críticas y quejas que tenés con mi institución”

Luego de leerla

Tato: “me gusta tu ser multifascética, sobredimensionada, estilo “Schwarzenneger” por los efectos especiales que lográs, sincera, leal y comprometida. Me gusta que me confrontás corajudamente y que me peleas, y acuerdo con muchas de tus propuestas.

Pero me hubiera gustado que tu carta empezare por donde vos la terminaste”

(Yo le escribí todos los puntos y como despedida le puse: “con todo mi cariño y admiración”)

Aprendí a criticar desde el amor, fundamentando y con propuestas alternativas. Siempre haciendo y pro-moviendo… También que no es recomendable que el coordinador de un grupo ponga en acto su enojo.

Supe entender que el texto y lo que devendrá lo aportan los otros y entonces desarrollé mi capacidad de escuchar y mirar , preguntándome siempre cómo me afecta a mí y qué posibilidades me abre para hacer circular entre los otros y con los otros para ayudar y contribuir desde mí a facilitar el despliegue y la transformación necesaria para que las personas se sientan mejor.

Transformé mi timidez en despliegue de acciones y me animé aún con temores a atravesar situaciones que fueron oportunidades de crecimiento personal y profesional y la siembra de espacios institucionales y grupales que supe gestar y en los que coloqué la piedra fundacional en cuanto a implicación y aplicación del Psicodrama en varias ciudades de la Argentina (Buenos Aires, La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca, Neuquén, Rosario, Concordia, Resistencia).

Con Tato aprendí la grandeza de lo microterritorial, la importancia de los detalles y de los gestos y a poder soportar alojarme aún en el vacío para luego dar un salto hacia algún lugar que devenga en otro lugar .. Hay que bancar-se las incertidumbres. Soportar la levedad.


Otro recuerdo con Tato (Noviembre del 2002 o Febrero del 2003- no recuerdo exacto)

Estábamos en plena Jornada en el teatro IFT inaugurando el primer Encuentro con Tato para los alumnos de mi institución recién creada, la sala estaba llena , mucha gente.

Tato me pidió que le asegurara que eran nuestros alumnos y no personas externas.

Estaba muy sorprendido con la convocatoria que habíamos logrado.

Luego de mi presentación de la actividad y antes de comenzar él su intervención psicodramática, me preguntó al oído:

Tato: “Silvia, serías capaz en este mismo instante de tu institución tan exitosa por tanta convocatoria , serías capaz – escucháme bien- serías capaz de disolverla y renunciar a este éxito? “

Silvia: “eh eh eh………Sí, sí!! , sería capaz como lo he hecho en mi vida tantas otras veces.”

Tato: “ entonces continuemos con la Jornada y te apoyaré con mi nombre y mi participación hasta mi muerte o hasta que vos me dejes”

Así fue, hasta el 4 de Octubre 2015 cuando su muerte.


He aprendido a aceptar las incertidumbres aún con nuestras angustias y mareos. A renunciar antes de seguir continuando. También a demorarme , parándome en algún punto de mi vida que me permita concretar el “ desvío de la historia”, a fugarme creativamente y a correrme de aquellos lugares y personas que me descomponen, es decir que me hacen mal, que me provocan afectos tristes que reducen mi potencia.

Tato: “Tenés que aprender a decir que no” y elegir con qué y con quiénes sentír pasiones alegres, que te entusiasmen y convocan en el aquí y ahora al deseo”.


Otro recuerdo: (fines de los `80)

En víspera de una clase especial a la cual yo lo invité, Tato se encuentra leyendo un libro de su autoría, y me explica que lo hace para prepararse y repasar algunas notas que quiere transmitir a los alumnos.

Otro de sus legados : una ética del ser cotidiano, el cumplimiento de los compromisos adquiridos, la dedicación y preparación para la realización de los trabajos, el despliegue imaginativo, el humor, la invención y la creación como modos de des-dramatización y exorcismo de lo siniestro, lo fantasmático y lo angustioso.

La importancia del orden, la disciplina y el método.

Mientras que estoy escribiendo surgen cual cascadas de agua , más imágenes, situaciones, escenas, diálogos y realizaciones.

Haré aquí una pausa.

Para ir finalizando estas notas, quiero compartir el último encuentro personal que tuve con él el sábado 20 de Junio de este año , durante un cálido y muy grato almuerzo, donde charlamos sobre el amor, la vida, los hijos, los viajes , las enfermedades y la muerte. Y como despedida de ese momento y de su vida:

Tato: “Silvia, me alegra verte contenta, saludable, creyendo siempre con entusiasmo y pasión en lo que hacés. Me gusta como sos: solidaria, generosa, luchadora, leal, franca , sincera y agradecida.”

En nuestro “entre” hay y perdurará RESPETO, COMPROMISO, ADMIRACIÓN, LEALTAD, APRENDIZAJE Y MUCHA GRATITUD.

Seguiremos adelante, Celebrando la Vida , el Psicodrama y la Psicoterapia y multiplicando a nuestro Tato desde nuestro querido espacio institucional que conducimos con Fernando Castelli y en todos los lugares posibles.

Silvia Schverdfinger

 Directora del EIPASO de Psicodrama y Psicoterapia