lunes, 28 de enero de 2008

Había una vez...tres años para recordar.

Había una vez, hace muchos, muchos años una tribu que tenía como ritual juntarse un sábado al mes para jugar.
La particularidad de estos encuentros era que no tenían juguetes, ya que un día un ogro de un país muy lejano se enojó y los quemó; pero las chispas de la fogata alimentada por la madera de un muñeco con una larga nariz, crearon en el cielo un festival de fuegos de artificio y fue en ese mismo instante que quedó constituida la ceremonia.
Para todos era muy importante asistir porque durante siete horas se transportaban al país de las maravillas, la consigna era dejar un sendero de migajas de pan para poder luego emprender, no sin disgusto, el regreso a la vida cotidiana.
En el centro de la ronda y sobre un almohadón de plumas se encontraba un zapatito de cristal, por turno se lo probaban, a aquellos que les calzaba formaban una pareja y juntos debían elegir y guiar el juego de esa jornada.
Se comenta que ese zapato había sufrido el maleficio de una bruja que originariamente formaba parte de la tribu, pero despechada por los celos, decidió traicionarlos y llevarse una parte de ellos y al resto los hizo dormir por un largo tiempo.
Pudieron despertar gracias a la ayuda de un viejo ermitaño y malhumorado y como agradecimiento decidieron invitarlo dos veces por año, a un festín en el que, chocolates de por medio, escuchaban atentamente su historia de vida.
El hechizo de antaño era tan poderoso que cada tanto hacía que aparezcan en los integrantes de la tribu, ciertos sentimientos de: envidia, celos, rivalidad, un malestar generalizado que los hacía sentir como patitos que por ser muy feos eran dejados de lado.
En ese preciso momento el hada madrina se las tenía que ingeniar para romper el hechizo, exorcizando los espíritus del mal y convirtiendo a todos en hermosos cisnes que echaban a volar hasta la próxima luna llena que les anunciaba el nuevo encuentro, al que debían asistir con una capa roja como amuleto de la suerte.
Dice la leyenda que a pesar de la alegría que sentían por estar juntos llegó un día que decidieron separarse para poder invitar a jugar a otros miembros de otras tribus.
Antes de partir debían responder un acertijo propuesto por el oráculo.
- Para aquellos que acertaban la respuesta, de un espejo se escuchaba una voz que decía -“Tu eres el más bello del reino”- y como por arte de magia era transportado a otra tribu donde en medio de gran algarabía era recibido y nombrado como rey, viviendo así felices para siempre comiendo ricas perdices.
- En cambio si la respuesta era incorrecta se abría una pared mientras se escuchaba la frase “Ábrete sésamo” y cuando el interesado trataba de atravesarla, esta se cerraba y quedaba atrapado por siempre en el limbo. En este lugar el castigo consistía en caer en el mundo de los mortales y no recordar nunca más como poder jugar
¿Por qué los cuentos tienen un final feliz?
Para esta trivialización literaria muchas pueden ser las respuestas. Yo me quedo con la más simple, expresada en una pregunta ¿Por qué no pueden tenerlo?

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La Escena:

En cuanto al pensamiento en escenas lo podemos contraponer al pensamiento en palabras, como más abarcativo; compuesto de distintos elementos como personajes, interacciones, espacio, afectos. Pensamiento que necesita ser entrenado “ requiere de la puesta en marcha de la capacidad creativa, lúdica e imaginativa. Soltarse, jugar, imaginar, crear...y sostener una ficción” [1]dejar de lado ese protagonista sufriente para convertirnos en protagonistas como “sujeto activo de la propia vida” [2]. Entrenamiento que llevamos a cabo en cada reunión mensual para conquistar juntos un espacio elaborativo, creativo.
Luego de la ronda de comentarios de las escenas, se produce la votación y es elegida “La Escena”... El protagonista la relata de la siguiente manera:
-Estoy en un monasterio en donde había ido a realizar un retiro espiritual, son las tres de la mañana e intento poner en practica alguno de los métodos para rezar que me habían enseñado durante el día. Me dirijo a la capilla a oscuras y me postro delante del crucifijo, trato de concentrarme pero después de media hora empiezo a sentir una mezcla de miedo y soledad y me voy a mi habitación.
La mesa esta servida se diría en estos casos, para nosotros, la escena está dispuesta para ser tomada por la maquina grupal y vía dramatización, soliloquios, doblajes, multiplicaciones, vaya uno a saber que es lo que se nos devuelve en su lugar.
Si le queda un poquito de paciencia y lo que leyó hasta aquí le provocó algo de intriga, tómese un respiro, digamos un cafecito, un cortado o un té, no más que eso y continué con la lectura, le aseguro que aún falta la mejor parte...

La Dirección:

“ Conexiones, vecindades, contagios... régimen de afectación diferente. Cuerpo a cuerpo del director y el protagonista. Cartografía que hay que ir construyendo sin previas hipótesis.” [3]
El protagonista vuelve a relatar su escena (por última vez suya), elige a quien va a tomar el rol de crucifijo y comienza la dramatización. Proceso que va a ir tomando distintos giros.
Antes de la dramatización el protagonista le comenta al director que puede relacionar la escena con otra de su infancia y ambas con una de sus escenas temidas en la coordinación grupal. Esto a la manera en que pavlovsky y Kesselman lo plantean en “Las escenas temidas del coordinador de grupos”.
Se le solicita que las cuente y el juego queda dispuesto de la siguiente manera:
- Escena infantil: en la fiesta de egresados de séptimo grado, siendo abanderado, en el momento de recibir la medalla sintió mucha soledad, sus familiares no habían podido concurrir ya que en ese mismo momento se estaba produciendo otro acontecimiento familiar, un nacimiento. Llega a su casa y coloca la medallita sobre la mesa de la cocina para que todos la puedan ver...
- Escena temida de la coordinación grupal: estar solo frente a un grupo.
Todo y todos están preparados y comienza la dramatización. Se realiza la escena, se piden soliloquios y va sobre carriles. La dirección, en la que se alternan ambos coordinadores devenidos ahora en directores, se va dando cuenta que esta saliendo muy armadito, que algo está trabado y deciden realizar una inversión de roles.
Comienza un dialogo entre ambos personajes en donde se hace evidente un pase de facturas, un arreglo de cuentas pendientes: - ¿Para que todo esto?, ¿De que sirve entregarte mi vida?, ¿Dónde estas?, ¿Para que viniste?, ¿Qué estas buscando?, ¿A quien?...
Nueva partida, ahora no todo resulta tan familiar. “ Cada mirada echada sobre el mundo, cada concepción que ha forjado el hombre sobre la realidad, han producido alrededor una zona oscura, de desconocimiento.” [4] Meternos en esa zona resulta extraño, da miedo, pero es en ese lugar donde vamos a encontrar, donde algo nos va a sorprender.
Comienza a soltarse algo de afecto retenido por algún intersticio de la escena, de la historia quizás no historizada. Se solicitan nuevos soliloquios y doblajes, que van aflojando aun más los cimientos de ese edificio construido sobre vaya uno a saber que base...
Uno de los directores sorprende y se sorprende con un movimiento corporal y roza las piernas del protagonista, mientras le dice: - no estás solo, nosotros estamos con vos, tu familia te repite estas palabras.
“Aprendamos a sorprendernos, juguemos con la sorpresa. Lo terrible es dejar de sorprenderse. Ahí en ese punto trágico muere el amor y la creación. “ [5]
Esto desencadena el llanto del protagonista, desde la posición que ocupaba en el suelo, postrado, boca abajo.
Una nueva escena infantil y familiar se presentifica, la esencia es la misma, soledad, reproches, miedo, desprotección, abuso.
“ Según Anzieu, la eficacia del psicodrama es simbólica: el simbolismo del psicodrama es de naturaleza especial, las relaciones de los seres humanos se organizan en estructuras particulares análogas a las de los mitos. La función de los psicodramatistas es actualizar esos mitos privados y otorgarles, a través de la representación, existencia concreta encarnada en varios personajes, para que puedan tomar conciencia(mito familiar) de ellos de modo reflexivo. El grupo psicodramático permite la exploración de nuevos mitos y ensayarlos le permite revisar el mito personal o familiar al tomar el lugar de las personas que lo encarnan en la escena.” [6]
Creo no equivocarme si afirmo que fue en ese preciso momento que ambos coordinadores-directores se recibieron, si es que esto hace falta, de psicodramatistas.
No hizo falta seguir con la escena, el trabajo estaba casi terminado, faltaban solamente algunas multiplicaciones.

Multiplicación Dramática:

“Es importante aclarar que la multiplicación dramática no la consideramos una técnica sino una nueva forma de pensar el dispositivo grupal.
Para que exista multiplicación dramática se necesitan: a) la escena de un protagonista y b)las improvisaciones que cada integrante del grupo realizará en forma de escenas por el efectote resonancia que en cada integrante produce la escena inicial.
Para que una cosa tenga un sentido hace falta una escena y para que exista una escena, hace falta una ilusión, un mínimo de ilusión, de movimiento imaginario de desafío de lo real, que nos arrastre, que nos seduzca, que nos revele.” [7]
Seducidos y arrastrados por la escena y la impregnación que la misma fue dejando en el grupo, comienza el último tramo de la tarea emprendida ese 15 de septiembre de...
Escenas de escena, que remite a otra escena y a otra y a otra, raíces, rizomas, encuentros, desencuentros. Difícil de explicar ya que no tienen explicación, difícil de interpretar ya que no permiten una única interpretación, difícil de entender ya que su finalidad no es ser entendida.
“Lo que los integrantes de un grupo hacen es agenciarse de una parte de la escena original y acoplarla a una sensación-imagen o idea a través de una forma dramática. Por eso hay historias. No historia. Historias no historizadas. La multiplicación dramática es un nivel de eso: líneas de desarrollo-rizomas-raíces de raíces-historias, no una historia central-historias que se entrecruzan vertiginosamente, que producen flujos y cortes.” [8]
Al comienzo las nuevas escenas iban surgiendo tímidamente, luego se produce un fluir vertiginoso “El estado creativo del grupo en el proceso de la multiplicación dramática es en sí un proceso terapéutico. La curación es el estado creativo que se instala en el grupo y que produce las multiplicaciones como flujo de escenas.” [9]
El espacio dramático, el altar del sacrificio, presenció este acto sacrílego en donde algo fue arrebatado, pero en su lugar algo quedó... “ su propiedad privada ha sido desquiciada. Pluralizada en varias singularidades. Pero con todo una mirada final, desprovista de algún resto de su herida narcisística podrá encontrar en la obra un efecto tan maravilloso como insólito, siempre y cuando acepte la pérdida de su omnipotencia literaria, de su pequeña ilusión de creador individual. Podría descubrir que eso que está enfrente de él no es un despojo, no es un robo, sino simplemente su propia obra llevada a la exaltación.” [10]
El encuentro concluyó con una puesta en común sobre el trabajo realizado. Coordinadores, protagonistas, el grupo expuso su parecer y el día fue cerrando junto con la puerta del EIP.
Pero como ocurre cada encuentro, de cada mes, de cada año, el proceso continuo en el interior de cada uno.


[1] Schverdfinger Silvia. “Psicodrama, trazos entre prácticas y reflexiones. IV Congreso Iberoamericano de Psicodrama” pg. 3
[2] Schverdfinger Silvia. Op. cit.
[3] PAVLOVSKY, E. “Resistencia del director de psicodrama”. Febrero 1997, pg 4
[4] BOUQUET, C “Una teoría del psicodrama” pg 118
[5] PAVLOSVKY, E. “La poesía en psicodrama”. Lo grupal 2. Editorial Búsqueda, pg 133
[6]Pavlovsky, E. “ Psicodrama analítico, su historia”.Reflexiones sobre los movimientos francés y argentino. Lo Grupal 6. Ed.Busqueda. Pág.33.
[7] KESSELMAN Hernán, PAVLOVSKY Eduardo. “La multiplicación dramática”. Ediciones Búsqueda, Bs. As, 1989, Pág. 9.
[8] KESSELMAN Hernán, PAVLOVSKY Eduardo. “Nuevos caminos en Psicodrama”. Actualidad psicológica, abril 2003. Pág.4.

[9] KESSELMAN Hernán, PAVLOVSKY Eduardo y FRYDLEWSKY Luis. “La obra abierta de Umberto Eco y la multiplicación dramática”. En Lo grupal 5, Pág. 5
[10] KESSELMAN Hernán, PAVLOVSKY Eduardo y FRYDLEWSKY Luis. “La obra abierta de Umberto Eco y la multiplicación dramática”. En Lo grupal 5, Pág. 5

Daniel Alberto Capolo, egresado 2007 de psicodrama del EIP
Fragmentos de su monografia final.

viernes, 25 de enero de 2008

Mujereo

Hace unos días publicamos un fragmento de la monografía de Alicia Peacock, egresada de esta institución. Aqui viene un segundo aporte de Alicia, para seguir multiplicando escrituras.

http://mujereo.blogspot.com/

Muy lindo, cálido y sensible.

domingo, 20 de enero de 2008

Otras geografías

Les quiero recomendar uno blog muy interesante sobre psicodrama. http://nnpellegrinopostgradosicodrama.blogspot.com/

Es el blog de la licenciada Norma Noemí Pellegrino que con aroma a peperina trabaja como nosotros y registrando su trabajo.

Tiene dos blog más, una sobre nuevas tecnologias en la educación http://nirmala-puentesalastic.blogspot.com/ y otro sobre ecología y politicas que se llama Refrescandose en la fuente http://nnpellegrinopsicodrama.blogspot.com/

Gracias Norma por leernos y por leerte.

viernes, 18 de enero de 2008

LEVANDO ANCLAS

Una puerta de entrada a la filosofía de Deleuze consiste en entenderla como una filosofía vitalista. Pero no basta pensar que un vitalista es alguien que ama la vida. Amar la vida porque estamos acostumbrados a amar no nos remite a una vida repetitiva. Lo que se repite es el impulso por el que nos unimos a las ideas, a las cosas y a las personas; no podemos vivir sin amar, sin desear, sin dejarnos arrastrar por el movimiento mismo de la vida. Amar la vida es aquí amar el cambio, la corriente, el perpetuo movimiento. El vitalista no ha domesticado la vida con sus hábitos, porque sabe que la vida es algo mucho más fuerte que uno mismo. La vida es aquello en lo que nos encontramos metidos, lo que nos empuja. Es más fuerte que cualquiera, porque nace más acá de nosotros y nos lleva más allá de nosotros. Un flujo, una corriente, un viento. La vida, así vivida, es una vida gozosa, es una vida que se mueve por deseos y por alegría. La imagen de la vida como un viento, como un huracán, sirve para entenderla. Importante es lo que pasa, lo que atraviesa, lo que cambia. La lógica de la vida no es una lógica del ser sino del devenir. Lo importante es lo que está pasando. Ver siempre, siempre las cosas por el medio, por donde transitan, porque lo que transita es la vida, algo más fuerte que cualquiera de nosotros, más fuerte que los sujetos que somos.
Lo importante no es si soy una mujer sino si “mujereo” porque el movimiento de “mujerear” es uno de los movimientos vitales que puede avanzar a través de mí.
Hay que pensar el devenir no en términos de “hacer como” sino de “dejar hacer”. No imitar, sino dejarse contagiar. En la imitación no hay cambio ni movimiento, hay niños y hay adultos. En el contagio hay fusión y la posibilidad de que surja algo nuevo. El devenir “adultear” cambiará al pasar por ese niño, al combinarse en él con otros movimientos. Si yo “mujereo”, ese devenir me cambia a mí y cambia a las mujeres. Devenir, dice Deleuze, es como una boda entre dos reinos. (El deseo según Deleuze).

Alicia Inés Peacock (Egresada 2007 de Psicodrama del E.I.P.)
Fragmento de su monografía final "Levando Anclas"